La enfermedad del Hacer.

627 ago. 29, 2024
Osho


“En primer lugar, hay que comprender la naturaleza de la actividad y las corrientes ocultas que hay en ella, de lo contrario no es posible la relajación. Incluso si quieres relajarte, será imposible si no has observado, observado, comprendido la naturaleza de tu actividad, porque la actividad no es un fenómeno simple.

“A muchas personas les gustaría relajarse, pero no pueden hacerlo. La relajación es como un florecimiento: no se puede forzar. Hay que comprender todo el fenómeno: por qué somos tan activos, por qué nos ocupamos tanto de la actividad, por qué estamos obsesionados con ella.

“Recuerda dos palabras: una es acción, otra es actividad. Acción no es actividad; actividad no es acción. Sus naturalezas son diametralmente opuestas. Acción es cuando la situación lo exige, actúas, respondes. Actividad es cuando la situación no importa, no es una respuesta; estás tan inquieto por dentro que la situación es solo una excusa para estar activo.

“La acción surge de una mente silenciosa: es lo más hermoso del mundo. La actividad surge de una mente inquieta: es lo más feo. Actúa más y deja que las actividades se desarrollen por sí solas. Poco a poco, la transformación llegará a ti. Lleva tiempo, necesita maduración, pero tampoco hay prisa.

“Ahora puedes entender lo que significa la relajación. Significa que no hay necesidad de actividad en ti. Relajación no significa acostarse como un muerto; y no puedes acostarte como un muerto; sólo puedes fingir. ¿Cómo puedes acostarte como un muerto? Estás vivo; sólo puedes fingir. La relajación llega a ti cuando no hay necesidad de actividad; la energía está en casa, no se mueve a ninguna parte. Si surge una determinada situación, actuarás, eso es todo, pero no estás buscando ninguna excusa para actuar. Estás a gusto contigo mismo. La relajación es estar en casa.

“La relajación no es sólo del cuerpo, no es sólo de la mente, es de todo tu ser.

“Estás demasiado activo; por supuesto, cansado, disipado, seco, congelado. La energía vital no se mueve. Sólo hay bloqueos y más bloqueos. Y siempre que haces algo, lo haces en un estado de locura. Por supuesto, surge la necesidad de relajarse. Por eso se escriben tantos libros sobre relajación todos los meses, ¡y nunca he visto a una persona que se haya relajado leyendo un libro sobre relajación! Se ha vuelto más agitado porque ahora toda su vida de actividad permanece intacta. Su obsesión por estar activo está ahí, la enfermedad está ahí, y él pretende estar en un estado relajado, así que se acuesta. Todo es agitación en su interior, un volcán a punto de entrar en erupción, y él se está relajando, siguiendo las instrucciones de un libro: cómo relajarse.

“No existe ningún libro que pueda ayudarte a relajarte, a menos que leas tu propio ser interior, y entonces la relajación no es una necesidad. La relajación es una ausencia, una ausencia de actividad, no de acción.

“¡No hagas nada! No se necesita ninguna postura de yoga, no se necesitan distorsiones ni contorsiones del cuerpo. “¡No hagas nada!”; solo se necesita ausencia de actividad. ¿Y cómo llegará? Llegará mediante la comprensión.

“La comprensión es la única disciplina. Comprende tus actividades y, de repente, en medio de la actividad, si tomas consciencia, se detendrá. Si tomas consciencia de por qué lo estás haciendo, se detendrá. Y esa detención es lo que significa Tilopa.

“La relajación significa que este momento es más que suficiente, más de lo que se puede pedir y esperar. No hay nada que pedir, es más que suficiente de lo que puedes desear. Entonces la energía nunca se mueve a ninguna parte. Se convierte en un estanque plácido. En tu propia energía, te disuelves. Este momento es relajación. La relajación no es ni del cuerpo ni de la mente, la relajación es del todo. Por eso los budas siguen diciendo: “Vuélvete sin deseos”, porque saben que si hay deseo, no puedes relajarte.

“La relajación no es una postura; la relajación es una transformación total de tu energía”.

Osho, Tantra: La comprensión suprema , charla n.° 4

A la edad de ventiún años, el 21 de marzo de 1953, OSHO alcanzó la iluminación. Hablando de sí mismo dice: “Ya no estoy buscando nada.   La existencia me ha abierto todas sus puertas.  Ni siquiera puedo decir que pertenezco a la existencia, porque soy parte de ella. …  Cuando una flor florece, yo florezco con ella.  Cuando el sol sale, yo salgo con él.  Mi cuerpo es parte de la naturaleza, mi ser es parte del todo.  No soy una entidad separada”.

Se graduó en filosofía con los más altos honores en la Universidad de Sagar. Siendo estudiante ganó una medalla de oro al obtener el primer lugar en un concurso de debate que cubría toda la India. Luego de un periodo de nueve años como profesor de filosofía en la India en la Universidad de Jabalpur, renunció para viajar por toda la India dando charlas, retando en debates públicos a los líderes religiosos ortodoxos perturbando así las creencias tradicionales y trastornando el ‘status quo’ existente.

En el curso de su vida, Osho ha hablado virtualmente sobre todo y cada aspecto del desarrollo de la conciencia humana. Desde Sigmund Freud, hasta Chuan Tzu, desde Gurdjieff hasta Gautama Buda, desde Jesucristo hasta Rabindranath Tagore… ha destilado de cada uno la esencia de lo que es significativo en la búsqueda espiritual del hombre contemporáneo basado no en una comprensión intelectual, sino en la propia comprobación existencial de su experiencia.

Así que no es una filosofía de la cual simplemente puedas hacer un ropaje del cual jactarte. No es una doctrina en la cual puedas encontrar consuelo a preguntas amenazantes… No, mi mensaje no es una comunicación verbal. Es mucho más arriesgado. No es menos que la muerte y el renacimiento.

No pertenece a ninguna tradición: “Soy el comienzo de una conciencia totalmente nueva”, ha dicho. “Por favor, no me conectes con el pasado, ni siquiera vale la pena recordarlo”.

Los discursos a sus discípulos y buscadores de todo el mundo han sido publicados en más de seiscientos cincuenta volúmenes y traducidos a treinta idiomas. Osho ha dicho: “Mi mensaje no es una doctrina ni una filosofía.   Mi mensaje es una alquimia, una ciencia de la transformación, así que sólo aquellos que estén listos a morir como son y a volver a nacer como algo tan nuevo que ni siquiera puedan imaginarlo… sólo aquellas personas valerosas estarán listas a escuchar, porque escuchar va a ser riesgoso. Al escuchar has dado el primer paso a tu renacimiento.”

OSHO dejó su cuerpo el 19 de enero de 1990. Justo unas semanas antes se le preguntó qué pasaría cuando se fuera. El respondió: “Mi confianza en la existencia es absoluta. Si existe algo de verdad en lo que digo, sobrevivirá… La gente que se mantenga interesada en mi trabajo, simplemente estará llevando la antorcha, pero sin imponer nada a nadie…"

“Continuaré siendo una fuente de inspiración para mi gente. Y eso es lo que la mayoría de mis sannyasins sentirá. Deseo que crezcan por sí mismos – cualidades como el amor, en torno al cual no se puede crear ninguna iglesia; como la conciencia, que no es el monopolio de nadie; como la celebración, el regocijo, la mirada inocente del niño…”

“Deseo que la gente conozca de sí misma y  que no sea según ningún otro; que conozca el centro de su ser”.

De acuerdo a su orientación, la comuna que se desarrolló en torno a él aún florece en Puna, India, donde miles de discípulos y buscadores se reúnen a través del año para practicar las meditaciones y programas que ahí se ofrecen.


Fuente: www.satyam.com